sábado, 8 de agosto de 2009

ACTITUD DEL ACADÉMICO HACIA LA PROMOCION DE LA LEY DE SERVICIO COMUNITARIO DEL ESTUDIANTE.

La educación como proceso orientado a modificar el comportamiento de los individuos dentro de la sociedad, de manera que tengan la iniciativa de desarrollarse profesionalmente en cualquier área de su preferencia e incluirse al entorno social latente. Dentro de este gran ideal el Estado juega un papel predominante que se refiere a la formación integral de los individuos abarcando los niveles culturales, sociales y productivos.

Es así que el sistema educativo está comprometido a establecerse como ente que facilita soluciones en función de las necesidades que se presentan en la colectividad y abarcarlas con el dinamismo que presupone la sociedad moderna y laboriosa, aprovechando al máximo el recurso humano, científico y tecnológico.

Se precisa entonces que para palear estas necesidades se debe promover el desarrollo personal y su integración al entorno a través de la correcta toma de decisiones, que posibilite políticas coherentes y racionales, para un desarrollo autentico que mejore la calidad de vida que realce la condición humana mediante una educación basada en la realidad, es decir, que preste su atención en los problemas reales, creando un compromiso serio, que no sólo proporcione alivio inmediato sino que se profundice en él y se establezcan las verdaderas causas-efectos, para garantizar la verdadera solución.

Dentro de este orden de ideas, se establece que la toma de decisiones debe ser precedida con una actitud responsable, pero que en términos generales se muestra una cierta indiferencia, apatía e ignorancia, sin asumir el verdadero rol, el cual puede provenir tanto de los estudiantes como de los programas de formación, por el hecho pasivo de participar ante los problemas sociales.

Es necesario que todos los miembros compartan y participen en la toma de decisiones para elegir un proyecto comunitario, que valla más allá de una simple colaboración, el cual se pueda implementar, gestionar y controlar, que de verdad permita el desarrollo social.

Igualmente los estudiantes deben tener en consideración los beneficios que le proporcionan la creación de estos proyectos, ya que los estimula de algún modo en la formación de actitudes participativas, solidarias y de sensibilización a los problemas ambientales y sociales.

La promoción del Servicio Comunitario debe ser gestionada bajo el concepto de ayuda permanente, que permita promover el valor de la solidaridad e integrar al estudiante a desarrollar actitudes de servicio, compromiso social y participación ciudadana, que abarque una necesidad real.

Lo fundamental es indagar la complejidad del problema y evaluar cuales son las demandas insatisfechas, para proporcionar un proyecto concreto, acorde a las necesidades y formar individuos recíprocamente participativos.

Según los resultados observados dentro del estudio realizado, se puede concluir que la mayoría de los académicos no participan en actividades extra cátedra relacionada con su desempeño, restándole relevancia, lo cual se traduce en la elaboración de talleres, cursos o charlas. También se observa que aquellos quienes realizaron la labor social, no desempeñaron un rol acorde a las problemáticas reales; la mayoría desconoce la ley del Servicio comunitario así como ignoran las actividades técnico- académicos en su formación profesional.
Es necesario que tanto académicos, programas de educación y estudiantes trabajen en conjunto para mejorar estas perspectivas, en pro de todos.

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